Son las pequeñas cosas aparentemente sin importancia, las que acaban dándole verdadero sentido a todo lo que hacemos. A todo lo que nos rodea. Los que marcan nuestros gustos y preferencias, el camino que escogemos. Son realmente los detalles los que hacen que quieras seguir trabajando, seguir con la música, buscar la mejor manera de hacer algo, o en el mejor de los casos, apreciar aún más a quien tienes cerca.
Detalles como el que tuvo Jose el día del concierto, en el que apareció con una gran sonrisa a pesar del aparatoso vendaje que lucía en su mano izquierda tras haberse quemado en su trabajo, y asegurando que él, tocaba. Que no nos dejaba colgados. O el que tuvo Sito, del grupo "Cellarway", aconsejándonos en plena actuación que cambiáramos el micro para que las voces sonaran aún mejor. Muchas gracias, tío, de verdad.
Son detalles como los que tiene Jaime, Luko o Manu (sois grandes) aconsejándome cada vez para mejorar en cualquier aspecto, los que nos convierten en mejores músicos. En mejores personas.
A todos ellos, y sobre todo a quienes nos acompañan en cada concierto, gracias. De verdad. Necesitaba decíroslo.
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